Una de mis principales dedicaciones es enseñar "El arte de tejer fibras vegetales" a niños y adultos. Me produce gran satisfacción transformar ramitas y varas en útiles y bellos cestos, cada uno con su propia calidez y elegancia. Transmitir el valor de crear con las manos y el respeto por este antiguo oficio es realmente inspirador. Disfruto viendo la emoción de los alumnos, especialmente los niños, al ver su trabajo tomar forma. Además, los talleres fomentan la sociabilización, creando un ambiente cálido donde surgen amistades duraderas.